¿Cuántas veces no luchamos con alguna de nuestras partes deseando que no aparezca, que no se manifieste, que no exista? ¿Cuántas veces no queremos cambiar algo de nosotros mismos que aparece, a veces, en los momentos más inoportunos? 

Resulta fundamental cambiar esa lucha por curiosidad y compasión. Cada una de nuestras partes tiene su razón de ser. Cada una de nuestras partes, apareció en un contexto que la hizo aflorar y apareció con el único sentido de ayudarnos, de protegernos y, por qué no decirlo, incluso de salvarnos la vida en cierto modo. 

Ahora, esas partes, que tuvieron una función tan importante que grabamos a fuego en nuestro sistema, pueden seguir manifestándose cuando ya no son necesarias, volviéndose así disfuncionales. Son esas partes contra las que con frecuencia luchamos y a las que queremos acallar. Pero te voy a contar algo que no es secreto: cuanto más luches contra ellas, más fuertes se volverán y  más dominarán tu vida. 

Esas partes necesitan ser vistas, ser reconocidas, ser comprendidas y ser, incluso, agradecidas por el papelvalioso que en su momento tuvieron. Aprender a relacionarse de otra manera con ellas es la única vía para que vayan comprendiendo que ya no son necesarias, que ya no estás en peligro, que ya no necesitan aparecer para salvarte. 

Como dice Gabor Maté: Esas partes no determinarán tu vida. Lo que determinará tu vida son tus intentos de taparlas y negarlas. Lo que determinará tu vida son tus intentos de compensar para no sentirlas, desarrollando mecanismos de defensa que te impidan darte permiso para descubrirte y experimentarte a ti misma como realmente eres. Eso es lo que determinará tu vida.

Aprende a llevar compasión y curiosidad a cada una de tus partes y entonces dejarán de dominar tu vida.